Dentro de la cartera de inversiones financieras existen las de largo plazo y las de corto plazo. Esta últimas son las que en principio se liquidan en, como mucho, un año de plazo. Existe, no obstante, la posibilidad de que no se liquiden dentro de ese límite temporal de un año. Esto suele ocurrir cuando se trata de inversiones efectuadas por empresas que pretenden conseguir un cierto poder o dominio sobre otras empresas sobre las que han invertido.